Acometimos el esperado tema con la idea no sólo de compartir la vivencia personal de la Eucaristía, sino el como organizar la vivencia comunitaria de la misma en Emaús.
El tema fue muy polémico porque se mezclaron cosa que para unos son prioritarias frente a otras que lo son para otros. Se habló mucho del lugar o lugares de esas celebraciones, del tema de los niños y su participación / cuidado durante las mismas. Hay un sector que ve prioritario que la eucaristía comunitaria, ya que es ocasional (una vez al mes es lo que se estaba sobreentendiendo) resulte enriquecedora y la gente se sienta a gusto, de ahí la importancia de un lugar donde la homilía sea enriquecedora y no un tiempo perdido. Por otro lado está el tema de los niños (todavía muy pequeños –excepto Pablo- para una misa infantil) y su cuidado durante la eucaristía. Del cuidado de los niños se pasó al tema de “la educación de los niños” y su necesidad de compartir en comunidad.
Y entre vivencia personal, lugar de misa comunitaria, el cuidado de los niños y demás, al final el tiempo se nos echó encima y la cosa quedó en el aire.
Quedó pues ese encuentro como una primera toma de contacto que precisará una profundización mayor en un futuro inmediato.
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