[4-ene] Ayer disfrutamos de una ración infantil de diversidad y convivencia con el ballet de "El Patito Feo", como actividad de ocio comunitario con niños: la magia del teatro, el acercamiento a la danza, el disfrutar de una historia divertida y el recibir un mensaje en el que se nos muestra cómo el rechazo a lo diferente no lleva a ningún lado, mientras que desde la aceptación podemos enriquecernos de todo lo que el otro puede aportarnos.Un patito que no se convierte en cisne, porque la imagen no es lo importante, sino que aprende a confiar en sí mismo y es aceptado por todos. Los niños sacaron sus conclusiones y los mayores las nuestras y lo mejor es que todos salimos muy satisfechos del espectáculo.
Después completamos la jornada en casa de Mina y Delfín con una merienda (en un intento frustado de acabar el turrón) y rato de juego con el Tabú. Momentos "intrascendentes" que también contribuyen a la risa y a construir fraternidad.
Y además no debemos olvidar que, como decía el gato del teatro al final de la actuación "lo mejor está aún por llegar".
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