¿No ardían nuestros corazones mientras nos acompañaba en el camino y nos explicaba las escrituras?

martes, 24 de noviembre de 2009

96 ¿IGLESIA SIN SACERDOTES?

Este texto de Jose Mª del Castillo, (tomado de su blog "Teología sin censura") me parece que puede ser de interés para el debate:

"El papa Benedicto XVI ha convocado un "Año Sacerdotal", para promover la santificación de los sacerdotes. Esta convocatoria se ha hecho con motivo del 150 aniversario del nacimiento del Santo Cura de Ars, patrono de los párrocos. Y se celebra desde la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús de 2009 (19 de junio) hasta la misma fiesta en 2010 (11 de Junio). Estamos pues casi a la mitad del año que, por deseo del papa, la Iglesia católica quiere dedicar al cuidado y a la mejor fomación posible de los sacerdotes.
Por supuesto, las preocupaciones de Benedicto XVI por los sacerdotes católicos son perfectamente comprensibles. El papa tiene motivos para estar preocupado por la situación que atraviesa el clero. La creciente escasez de vocaciones sacerdotales y los escándalos, a que han dado motivo tantos curas y tantos religiosos, justifican de sobra las preocupaciones del Pontífice en este orden de cosas.
Pero, si es que sinceramente queremos ir a la raiz de las cosas, la pregunta que hay que afrontar, en este año dedicado al sacerdocio en la Iglesia es si el problema del clero se va a resolver promoviendo la santificación de los sacerdotes o si la cuestión que tenemos que resolver no es mucho más radical: realmente, ¿Jesucristo quiere que haya sacerdotes en la Iglesia? La pregunta es enteramente lógica. Porque ni en los evangelios ni en todo el Nuevo Testamento se dice en lugar alguno que Jesús instituyera un sacerdocio o que en las iglesias que fundaron los apóstoles hubiera "sacerdotes". En la Iglesia se empezó a hablar de "sacerdotes" en el siglo III. ¿Qué quiere decir esto? ¿Es que ni Jesús, ni los Apóstoles, ni los primeros cristianos cayeron en la cuenta de la importancia del sacerdocio? ¿O es que se trata de una cuestión meramente semántica, es decir, que en aquel tiempo se les llamaba a los sacerdotes con otros nombres?
De este asunto tan serio y de tan serias consecuencias, hablaremos en los próximos días. Pero ya advierto una cosa que me parece fundamental. No se trata de atacar a la Iglesia o a su estructura jerárquica. Se trata de repensar si lo que está más de acuerdo con las intenciones y la voluntad de Jesús el Señor es que la estructura de la Iglesia sea la estructura sacerdotal y clerical, que tenemos, o si lo más coherente con el Evangelio de Jesucristo es otra forma de organización de la Iglesia. Hasta el s. III, la Iglesia funcionón de otra manera. ¿Por qué no vamos a tener la libertad y la audacia de pensar en serio si no tendríamos que volver a los orígenes del Cristianismo? Ésta es la cuestión."

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