¿No ardían nuestros corazones mientras nos acompañaba en el camino y nos explicaba las escrituras?

miércoles, 18 de abril de 2012

400 RESCATES

Hoy que todo el mundo habla de rescates, compartimos la última columna escrita por Dolores Aleixandre en la revista ALANDAR:


Ya se lo decía el zorro al Principito: “Nada es perfecto”. Lo demuestra el hecho de que hasta la palabra “rescate”, que suena a héroes y a hazañas, tiene también su lado sombrío. Porque si eres un minero chileno atrapado en la mina, esperas con ansia que te rescaten, pero como seas de un país periférico y en Bruselas decidan tu rescate, se te avecina la catástrofe y te echas a la calle a dar voces.
A Jesús tuvieron que rescatarle -lo cuenta San Lucas- porque el sistema económico del templo de Jerusalén, mayormente gestionado por los sacerdotes residentes, se sostenía gracias a tarifas establecidas: el primogénito varoncito de cada familia debía quedarse de plantilla en el templo pero, si la familia no estaba por la labor, tenía que rescatarlo entregando a cambio un cordero (adivinen quiénes se lo comían). Si la familia era de pocos posibles, se le aplicaba la tarifa B: un par de tórtolas o dos pichones (sigan adivinando adónde iban a parar los pichoncitos…).

Para seguir leyendo el artículo pulsa AQUÍ

No hay comentarios: