¿No ardían nuestros corazones mientras nos acompañaba en el camino y nos explicaba las escrituras?

sábado, 9 de febrero de 2013

452 SALMO DE LA CENA DEL HAMBRE




SALMO DE AYUNO


No queremos, Señor,
cargas largas
ni corazones tristes.

Ayunar es tener hambre de ti,
es solidarizarse con los pobres,
con los pequeños del mundo,
que ayunan de todo
porque apenas tienen nada.

Sabemos, Señor,
que el ayuno que tú quieres
es amor derramado,
entrega ofrecida,
cambio de corazón.

Señor, por el ayuno,
haznos partir el pan
con los que no lo tienen,
repartir esperanza
con los que carecen de ella,
amar a todos
sin excluir a nadie.

Danos Señor,
ser sencillos y transparentes,
acogiendo de ti
la iniciativa,
a poner el corazón en marcha.

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