481 MADRUGA 2014

UNA MADRUGÁ DIFERENTE

Una nueva madrugá se presentaba, distinta, diferente...

Distinta,por que este año no vería a Lola al terminar mi estación de penitencia.

Diferente por que esta vez Candela sería la que me estaría esperando cuando saliera de debajo del paso.

La noche se presentaba tranquila, por fin, tras cuatro años no habia peligro de lluvia en nuestra Madrugá,  y eso se notaba en el ambiente de la casa de hermandad cuando en torno a las dos de la mañana iba saludando a mis compañeros de "trabajo" en esa noche. 

Compañeros que hacía un año que no veia, pero que me reciben año tras año con un abrazo y una gran sonrisa, contando las novedades desde la ultima vez que nos vimos, un nuevo miembro en la familia, una boda, alguien que nos ha dejado y que en esta noche tendrá un lugar especial en su mente...

La tranquilidad reinaba en todos, y yo no era una excepción.

La mente despejada me permitió tener unos emotivos momentos de oración pegado al palo, en el esfuerzo de cada chicotá los pensamientos fluian hacia todos y cada uno de mis seres queridos, subian,buscando el amparo del Nazareno, dandole gracias por otro año más, por que cada vez más pienso que mis años no comienzan el uno de enero, si no cada madrugá de Viernes Santo...

Una vez terminados mis relevos me reuní con Candela que con la mirada de quien por primera vez es consciente de algo, no perdía detalle de la procesión, preguntando por cada detalle.

Realmente fue una Madugá diferente, con dos vertientes tan distintas como son el esfuerzo, el trabajo del costalero y la ternura con que Candela me abrazaba y me preguntaba por todo cuanto veia.

Ha sido muy bonito ir explicando por que la reina pegaba saltitos, o lo que es lo mismo, porque la Virgen daba las levantás al cielo, o mostrar a los costaleros debajo del paso y que Candela viese que es lo que hacia papá.

Sin duda alguna, ha sido una Madrugá diferente.