[01-oct] Es inmediata, y más si pensamos en Emaús, la identificación del símbolo del camino con el transcurso de la vida, y en nuestro caso, con el de la vida comunitaria. Y con esta identificación tan asumida por todos es fácil hablar de las incidencias que vamos teniendo en nuestro caminar comunitario.En la celebración del pasado sábado revisábamos todas esas etapas del camino, construyendo juntos con fotografías, cada uno de los dieciocho años transcurridos en ese camino, y recordando y agradeciendo al padre el trecho recorrido, y al mismo tiempo ofreciendo nuestro deseo de continuar con su imprescindible acompañamiento.
Es un camino, tal y como se comentaba en la reflexión conjunta, lleno de curvas, baches, pendientes, falsos atajos,… y en el que la señalización es casi inexistente, y aún así muchas veces no la hacemos caso.
Por tanto no es un camino fácil de recorrer, y menos en comunidad donde no todos vamos al mismo paso.Ahí queda nuestro reto; en identificar cada día esas curvas, baches, pendientes, falsos atajos y descubrir como debemos hacer para caminar por un camino en el que la única posibilidad de avanzar es hacerlo juntos.
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