¿No ardían nuestros corazones mientras nos acompañaba en el camino y nos explicaba las escrituras?

martes, 18 de septiembre de 2007

35 EMPEZAMOS

[17-sep] Fue el 26 de septiembre de 1990 (hace ya diecisiete años) cuando rezábamos juntos la oración titulada “empezamos”. Y aquí seguimos, con muchos cambios pero con la ilusión del principio de curso y el deseo de que sea un año de provecho en el que crezcamos en la fe y como personas, y que además sepamos compartirlo. Y con ese deseo os invito a volver a rezar con la misma oración:

“Sin conocernos,
nuestros corazones latían por un mismo anhelo.
Un día nos encontramos, y ahora marchamos juntos.
Por eso te damos gracias, Señor,
En esta asamblea de hermanos.

Cuando tú sembraste en nuestras vidas
la semilla de hombre nuevo,
nos sentimos como enfermos:
Las preguntas sin respuesta nos requemían por dentro,
los caminos habituales se nos volvieron ajenos,
nos sentíamos varados,
devorados por el deseo de liberarnos...
y sin saber cómo hacerlo.

Nos gritaban: desadaptado, resentido, tonto útil.
Y nos planteamos. Me olvidaré de todo, quiero ser uno más.
Pero no supimos fingir.
No tuvo cura esta herida de amor a tu pueblo:
y seguimos nuestra marcha,
levantándonos, cayendo, solitarios, solidarios,
entre esperanzas y miedos.

Un día nos encontramos, sentimos un gran contento.
De repente comprendimos
que no somos excepciones,
que está naciendo algo nuevo:
Una corriente escondida nos reúne a los viajeros.
Es tu espíritu, Señor, que nos lanza al mundo nuevo.

Por eso en esta comunidad de hermanos
Te cantamos “Padre Nuestro”.
En nuestra debilidad sentimos bullir tu fuerza,
en la noche de nuestras incertidumbres
se abre camino tu luz,
y en medio de nuestros complejos,
que hacen difícil el entendimiento y a nosotros dan dolor,
construye tu amor un puente y una morada de paz.

Mira, Señor, los enemigos del pueblo,
buscan nuestra división,
y nosotros mismos crecimos en un mundo de recelos.
Por eso danos, Señor, esa paciencia sin límites,
la misericordia y la comprensión;
que como tú nos amaste,
seamos nosotros capaces de amar.
Que esta pequeña comunidad de hermanos
sea el embrión de un pueblo fraternal”.

1 comentario:

un caminante de Emaús dijo...

La verdad es que este blog se empieza a consolidar como parte de la historia reciente de Emaús.

Me alegro de que Delfín haya vuelto a ponerse manos a la obra... GRACIAS.

Jose