¿No ardían nuestros corazones mientras nos acompañaba en el camino y nos explicaba las escrituras?

lunes, 24 de agosto de 2009

85 DIOS REZA EL PADRENUESTRO


Hijo mío que estás en la tierra,
preocupado, solitario, tentado,
yo conozco perfectamente tu nombre
y lo pronuncio como santificándolo,
porque te amo.
No, no estás solo, sino habitado por Mí
y juntos construimos este Reino
del que tú vas a ser el heredero.
Me gusta que hagas mi voluntad
porque mi voluntad es que tú seas feliz
ya que la gloria de Dios
es el hombre viviente.
Cuenta siempre conmigo
y tendrás el pan para hoy, no te preocupes,
sólo te pido
que sepas compartirlo con tus hermanos.
Sabe que perdono todas tus ofensas
antes incluso de que las cometas,
por eso te pido que hagas lo mismo
con los que a ti te ofenden.
Para que nunca caigas en la tentación
cógete fuerte de mi mano
y yo te libraré del mal,
pobre y querido hijo mío.

José Luis Martín Descalzo

1 comentario:

Anónimo dijo...

Padre Nuestro que estás entre nosotros, que con nuestras obras te santifiquemos, que se haga tu voluntad en toda parte.